La paciencia de Alemania con la administración Trump se está agotando. La política de sanciones agresivas impuesta por Estados Unidos a Irán y Turquía ha llevado a Alemania, la mayor economía de Europa, a considerar la posibilidad de establecer su propio sistema de pagos independiente, que no pueda verse influido en modo alguno por Estados Unidos. Los economistas prevén que tal movimiento provocaría la caída del dólar estadounidense, pero tendría un efecto positivo en Bitcoin (y potencialmente en Ripple).
Las sanciones impuestas por la administración Trump se orquestaron para ejercer presión diplomática tanto sobre Turquía como sobre Irán. Estados Unidos ha pedido a Turquía que libere al pastor evangélico Andrew Brunson, detenido allí desde hace más de dos años, mientras que las sanciones a Irán se han debido a su incumplimiento del programa nuclear, al seguir desarrollando misiles y otras actividades regionales »malignas».
Trump ha dejado claro, tanto dentro como fuera de su cuenta de Twitter, que »cualquiera que haga negocios con Irán no hará negocios con Estados Unidos».
Las sanciones prohíben la compra iraní de dólares estadounidenses, lo que dificulta enormemente cualquier forma de comercio internacional. Las sanciones también se aplican a los productos industriales iraníes, incluidos los aviones, las alfombras y el sector del automóvil. Además, estas sanciones son también »extraterritoriales», lo que significa que las empresas y entidades financieras no estadounidenses que decidan no cumplirlas podrían enfrentarse a multas o correr el riesgo de quedar aisladas del ámbito financiero centrado en el dólar estadounidense.
Todo esto plantea la pregunta: »¿Por qué le importa a Alemania? En pocas palabras, el interés de Alemania radica en sus fuertes actividades comerciales con Irán.
En esta fase, la respuesta de Alemania ha sido la de una deliberación prudente. El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, declaró que »… es esencial que reforcemos la autonomía europea estableciendo canales de pago independientes de EEUU, creando un Fondo Monetario Europeo y construyendo un sistema independiente del SWIFT». Esta propuesta tiene el potencial de remodelar por completo el escenario económico mundial, colocando al Bitcoin y a otras criptodivisas importantes en una posición favorable, al tiempo que debilita la utilidad comercial del dólar estadounidense, provocando una posible devaluación del mismo.
Las criptodivisas ya se utilizan como alternativa al oro, y se consideran una solución viable para proteger las economías nacionales de las tensiones económicas negativas externas e internas. En su corta historia, ha habido numerosos ejemplos de Bitcoin utilizado con éxito en esta situación. El ejemplo más reciente se produjo a principios de este año, cuando Venezuela invirtió en su propia criptomoneda nacional como medio para frenar la ola de inflación.
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La creación de una criptodivisa internacional basada en una alternativa al sistema SWIFT impediría la influencia y la interrelación diplomática de EEUU sobre las finanzas internacionales. Aunque el sistema SWIFT tiene su sede en Bélgica, sigue estando sujeto a la influencia de EEUU. Una alternativa diluiría tanto la influencia de EEUU como el control del USD sobre la política monetaria internacional.