Imagínate esto: has creado la correduría perfecta. Tienes una potente plataforma de negociación, aprobación reguladora y un equipo de operaciones bien engrasado, pero no tienes operadores. En el sector de las divisas, el éxito no empieza con la ejecución, sino con la atención. Y la atención, en este caso, viene en forma de clientes potenciales cualificados.
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